El villancico Mi Burrito Sabanero es muy popular en Latinoamérica. Fue compuesta en 1972 por el venezolano Hugo Blanco, aunque su versión más popular se grabó en 1975, por un grupo del Coro Infantil Venezuela conocido como La Rondallita.
La canción narra el viaje de un niño hacia Belén montado en su burrito, guiado por un lucero mañanero, con la intención de ver al niño Jesús. La letra destaca elementos tradicionales venezolanos y ha sido interpretada por diversos artistas y grupos infantiles a lo largo de los años.
La letra destaca elementos tradicionales de Venezuela como el «cuatrico», un instrumento musical típico de cuatro cuerdas, o la “sabana” —que le da nombre al tema— y que se refiere a las llanuras extensas del país.
Blanco nació en Caracas, el 25 de septiembre de 1940. Desde muy joven se interesó por la música tradicional venezolana. Entre sus temas más reconocidos en el país, destaca la icónica Moliendo Café, escrita en 1958, aunque Blanco se disputa la autoría con su tío José Manzo Perroni.
Poco después de componer Mi Burrito Sabanero, el villancico fue interpretado por el reconocido cantautor de música venezolana Simón Díaz, pero a Blanco le pareció “que sonaba mejor en las voces de unos niños, voces infantiles”, según comentó a la BBC Aguasanta Márquez, actual directora del Coro Infantil Venezuela.
Es entonces cuando Blanco decide ponerse en contacto con el Coro Infantil Venezuela, en especial con su famoso arreglista Raúl Cabrera, quien también era su director en aquellos días.
“El profesor Cabrera lo que hizo fue el montaje coral, el arreglo musical para un montaje coral infantil. Hugo Blanco escoge con el profesor [Cabrera] a los niños que van a grabar Mi Burrito Sabanero”, explica Márquez.
La voz principal fue la de Ricardo Cuenci, de 8 años para ese entonces, quien aseguró a la cadena británica que la música fue parte esencial de su vida desde muy pequeño.
“Cuando yo tenía 4 o 5 años, mi papá participaba en una agrupación de música llanera. Yo agarraba una cajita de fósforos, le metía clavitos y empezaba a tocar maracas porque veía a los otros tocando maracas”, afirmó.
Ahora con 57 años, recuerda cómo fue escogido para interpretar el villancico: “Yo me puse a tararear en los pasillos del estudio y a cantar El Burrito Sabanero. Entonces salen y escuchan lo que estoy cantando y como yo sabía que tenía cómo cantarlo, la canté”, aseguró Cuenci.
Sobre el éxito de la canción y el impacto que tiene para tanta gente alrededor del mundo, Cuenci indicó que radica en su capacidad de hacer que todos se llenen “de alegría, de satisfacción, de esperanza, de ánimo, de entusiasmo, de nunca perder la fe. Si no fuese así, ya hubiese desaparecido, pero por algo sigue sonando”.
Raúl Cabrera fue el encargado de difundir el villancico, expresa Márquez: “Cuando sale publicado el disco, el maestro Cabrera trabajaba en una tienda de discos que era de su papá. Y era él el que llevaba los discos a las rocolas de todo el país. Y ¿qué hizo él? Empezó a meter el disco del burrito sabanero para que lo empezaran a colocar en las rocolas” explicó.
A partir de ese momento, Mi Burrito Sabanero empezó a ganar fama, primero en Caracas y luego en toda Latinoamérica.
“De allí, La Rondallita empezó a hacerse famosa afuera, sobre todo en Puerto Rico. Viajó La Rondallita a Puerto Rico, pero lo cómico es que los niños que viajaron no son los mismos que grabaron. Entre los que viajaron no estaba Ricardo Cuenci”, señaló Márquez.
Este año, la revista Billboard ubicó a Mi Burrito Sabanero en el puesto 96 de las 100 mejores canciones navideñas de todos los tiempos:
“El grupo musical infantil La Rondallita perdura, casi 50 años después. Una sencilla pero rítmica canción popular venezolana que se ha convertido en un clásico atemporal en todos los países latinoamericanos y que inyecta nostalgia en cada época navideña”, se lee en la reseña.