Mientras la mal llamada prensa nacional, electrónica o impresa, parecen seguir los lineamientos de los medios oficiales y de los que mantiene abiertamente la Presidencia de la República, ya comenzó en México la rebeldía y el repudio al gobierno que destruye al país y empodera a la delincuencia.
Los medios y las encuestadoras supuestamente independientes propalan encuestas levantadas con un enorme rechazo, mientras empresas como Oraculus se dan el lujo de mostrar las evidentemente para responderlas y levantadas con interferencia de los empleados públicos que trabajan para las campañas de Morena.
La fuerza electoral de Morena que cobra como empleados públicos, los “Siervos de la Nación” ya apodados por los ciudadanos como “cerdos de la reacción”, llevan a cabo jornadas de extorsión, compra de voto, propaganda para Morena, mientras la socia de AMLO en el INE, Guadalupe Taddei, voltea para otro lado.
La peor presidenta del INE en el peor momento, con un Tribunal Electoral debilitado y un presidente que realiza campaña a Claudia Sheinbaum todos los días y en cadena nacional a un costo no menor de 100 millones de pesos por día, aun así, la candidata ciudadana remonta las preferencias y tiene un voto oculto.
La polarización ha hecho que tuiteros muchos tuiteros ensarapados (como “Callo de Hacha” o “Poncho Gutiérrez”) tengan que manifestarse plenamente como gente del oficialismo y que el candidato de Movimiento Ciudadano, un arribista de siempre muestre que trabaja para Morena.
Mientras Taddei, presidenta del INE por gracia del gobernador morenista de Sonora, es severa para exigir a la oposición y hasta a los ciudadanos los quiere obligar a no usar el color de ropa que disgusta a Morena, se ha dedicado a sabotear los debates, la entrega de boletas y hacer caso omiso de la violencia electoral.
Pero aun así millones de ciudadanos sabemos que si no gana Xóchitl Gálvez, a México le pasará lo mismo que a Venezuela en 2006, cuando Hugo Chávez logró solidificarse en el poder y ese país sudamericano comenzó a pasar del más rico de América Latina a uno de los más pobres y sin elecciones válidas.
En los últimos días mientras la candidata oficialista tiene problemas para llenar sus mítines a pesar del acarreo, los regalos, el pago, y Xóchitl con solamente su presencia y la esperanza de miles y miles tiene mítines multitudinarios hasta en territorios de Morena como Chiapas.
Son muchos los grupos como la clase media, donde sólo los que tienen algún compromiso laboral o familiar con el gobierno o partido oficial, votarán por Morena, y eso se debe a que son millones los ciudadanos damnificados por el mal gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
No solamente es la clase media urbana, los productores agropecuarios de todos los niveles, también son grupos de rurales, la clase popular urbana e incluso etnias como los rarámuris, quienes públicamente ya manifiestan su rechazo al régimen.
A todo nos ha ido mal con el obradorato, son pocos, muy pocos los que viven mejor en un país donde hay menos oportunidades laborales, de educación, de salud pública, de vivienda, menos apoyo social, menos seguridad pública…
México ha tenido al peor presidente de su historia en el momento que se necesitaba uno al menos medianito, que cumpliera la ley y escuchara a sus asesores, y todas las pulgas se nos cargaron, pandemia, migración desordenada, narcotráfico, cambio climático.
El mal gobierno de AMLO es culpable de que la pandemia matara a 300 mil personas que no debieron morir, que, las inversiones del “Near Shoring” se vayan a otros lados, que, en cinco años, lejos de bajar la emisión de gases con efecto de invernadero, creciera más que nunca y las inversiones térmicas comienzan a matar a docenas.
Pero a la hora de votar pocos habrán de olvidar las masacres en la pandemia derivadas de las mentiras e ineptitud de los López Obrador y Gatell, tampoco habrá muchos que vayan a olvidar el dispendio de recursos públicos para posicionar y candidatear a Claudia Sheinbaum, la asesina de la Línea 12, o al menos, la cómplice de Florencia Serranía.
No espero que la noche de este 2 de junio salga a la televisión nacional Andrés López Obrador a anunciar la derrota en las urnas de su proyecto y de su candidata, como lo hizo en 2000 Ernesto Zedillo Ponce de León.
Estoy seguro que las huestes morenistas se comportarán en la elección igual que las huestes cardenistas en 1940 o las callistas en 1928, y estoy seguro de que los ancianos que López Obrador puso de fiscales carnales en la FGR y en la Fepade, ni escucharán, ni verán la violencia electoral.
Estoy seguro que Xóchitl Gálvez tendrá más votos que la comunista Claudia Sheinbaum, y también estoy seguro que estas elecciones van a ser anuladas o terminar en la Corte Interamericana de los Derechos Humano, y Claudia y Andrés Manuel terminarán su vida en el exilio o en la prisión.
Claudia tiene tras de sí todas las causales posibles para anular unas elecciones y, si no las anula el Trife, las Anulará la CIDH. Estamos realmente en manos de los soldados y marinos leales a la Patria.
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