La reaparición del Gusano Barrenador del Ganado (GBG) en México ha encendido las alarmas en el sector pecuario. Tras más de tres décadas libre de esta plaga, cientos de casos confirmados en animales ponen en riesgo la producción ganadera y el comercio internacional.
Según datos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA), desde finales de 2024 se han registrado 880 casos en animales, afectando a 39,740 especímenes. Las especies más afectadas son los bovinos (779 casos), seguidos de equinos, porcinos, ovinos y caninos. La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) ha confirmado 500 de estos casos. La discrepancia en las cifras se debe a que la OMSA solo exige notificar brotes que impliquen un riesgo sanitario mayor.
El GBG, causado por la mosca Cochliomyia hominivorax, deposita sus huevos en heridas abiertas de animales. Las larvas resultantes se alimentan del tejido vivo, causando miasis traumática, una condición potencialmente mortal que provoca estrés, pérdida de apetito, dolor, inflamación y fiebre en los animales, impactando su producción y reproducción. Recientemente, se confirmó el primer caso humano de miasis por esta larva en Chiapas.
La reaparición del GBG ha generado la suspensión temporal de importaciones de animales en pie por parte de Estados Unidos, aunque esta medida fue revertida tras la implementación de nuevos protocolos de control. Sin embargo, la amenaza persiste, y la situación económica para el sector ganadero se complica por las pérdidas en la producción y el aumento de los costos veterinarios.
Ante esta situación, el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) destinó 1.625 millones de dólares para fortalecer las acciones de prevención y control en México, mejorando la infraestructura en los puntos de verificación fronterizos. Existe coordinación con Centroamérica y el APHIS-USDA para la dispersión de moscas estériles y la implementación de protocolos sanitarios. El SENASICA también tomó control de los aretes de ganado en la frontera sur para combatir el contrabando. Recientemente se resolvió una tensión con Estados Unidos por presuntas trabas a la operación de vuelos para liberar moscas estériles.
El desafío es significativo, pero la colaboración entre instituciones nacionales e internacionales, junto con las medidas de control implementadas, son cruciales para contener la propagación del GBG y proteger la producción ganadera mexicana.